Vie
30
Mar
2018

Homilía Viernes Santo

Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)

Está cumplido

Introducción

Silencio. El Viernes Santo es día de silencio y espera. De sinsentidos aparentes, el de la muerte y el fracaso, el del dolor, el silencio de no saber y no ver, de no entender. Pero un silencio cargado de espera y de esperanza. Confiado, lleno de fe. De esa fe profunda y honda del ser humano, que sabe, que siente, que pre-siente, que es imposible que la vida humana, que la vida de Jesús, sea sólo eso, acabe así. Es imposible que el sinsentido termine venciendo, Dios es un Dios de vivos, no de muertos. Nos es humanamente inconcebible que todo acabe así… pero aun así, la evidencia del momento y del tiempo concreto tienen su peso y su dolor.

Es necesario vivir la muerte, el sufrimiento, en el misterio profundo de la experiencia de la Pascua, para que la vida se imponga, para que el amor se cumpla, para que la plenitud y la salvación lleguen. Sólo quien vive en fidelidad podrá sobreponerse a la muerte, sólo el que vive de fe y de esperanza alcanzará las promesas de vida, sólo quien entrega su vida por amor recuperará su vida, sólo tras pasar por el misterio de la Cruz, Dios devuelve la vida Jesús, y una vida inimaginable antes, la vida plena de la Resurrección. El amor ha de ser, por fuerza, mucho más fuerte que la muerte, pero hoy vemos y nos puede, en su inmensa densidad, el silencio y la muerte en cruz del Señor.