Los orígenes del Rosario

El origen del Rosario nace de la combinación del Salterio de la Virgen María y la devotio moderna. Un rezo que nos guía a Dios a través de la contemplación


Abordamos ahora el Rosario porque, tras haber visto lo anterior, se va a entender bien su desarrollo y difusión. Durante el siglo XIII el Salterio de la Virgen María fue tomando la forma de 150 Avemarías con Padrenuestros intercalados, aunque tenía muchas variantes.

¿Cómo surge el Rosario?

Tras el Concilio de Vienne (1311-1312), se difundió esta forma de rezo entre las beguinas para ayudarlas a tener una correcta espiritualidad cristiana. Fue precisamente ahí, en la zona renana, donde más tarde nació la devotio moderna, en la cual, la meditación de la vida de Cristo es muy importante.

De la conjunción del rezo del Salterio de la Virgen María y la meditación de la vida de Cristo es de donde surgen las bases del actual Rosario, en el que se combinan ambos ejercicios espirituales.

¿Dónde se fundaron las primeras cofradías del Rosario?

El Rosario se rezaba por entonces de diferentes modos. En su proceso de formación y difusión colaboraron los monjes cartujos y cistercienses, así como los frailes mendicantes.

En el norte de Francia, el dominico fray Alain de la Roche –o Alano de Rupe– (1428-1475) fundó, en torno al año 1470, la primera cofradía cuya espiritualidad se centra en la devoción a María por medio del rezo del Rosario.

Influenciados por ello, y coincidiendo con el fallecimiento de fray Alain de la Roche, en el convento de los dominicos de Colonia –situado en plena zona renana– se crea la primera Cofradía del Rosario, que tuvo un gran éxito entre el pueblo fiel y las autoridades civiles y eclesiásticas, recibiendo el apoyo del Papado.

Desde Colonia se comenzaron a fundar cofradías del Rosario en otros conventos dominicanos, hasta que llegó al convento donde residía la Curia generalicia de la Orden de Predicadores, en Roma, de tal forma que desde 1485 las cofradías del Rosario pasaron a ser difundidas por la propia Curia.

¿Cómo evolucionó la oración del Ávemaría?

En todo este proceso, el rezo del Rosario ha ido evolucionando, así como el Avemaría. Esta oración, en su origen, se limitaba al saludo del Ángel a María (cf. Lc 1,28), y a veces no entero. Según parece, la segunda parte del Avemaría surgió en la primera mitad del siglo XV y se difundió un tiempo más tarde, cuando el Rosario comenzó a rezarse comunitariamente a dos coros en las cofradías.

Hasta entonces se rezaba sobre todo de forma individual. Hay que esperar a 1569 para que el Papa dominico san Pío V (1504-1572) establezca definitivamente el modo de rezar el Rosario. Así se ha mantenido hasta que se añadieron los cinco misterios luminosos en 2002, a sugerencia del Papa san Juan Pablo II.

¿Por qué tuvo una gran difusión?

Es bien sabido que esta oración ha tenido una gran difusión. La clave de su éxito radica en estos elementos:

  • tiene una estructura muy sencilla;
  • combina las oraciones más conocidas: el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria;
  • invita a contemplar pasajes –o misterios– fundamentales de los evangelios y de la vida de María;
  • y es una oración repetitiva, que cuando se reza con devoción y un ritmo bien acompasado, nos ayuda a recogernos dentro del corazón, ante la amorosa presencia de Dios.

Por eso, su rezo diario nos purifica y nos guía hacia Jesús.