El origen de la Inquisición y el fin de las Cruzadas

En 1231 se inició la Inquisición mientras las Cruzadas llegaron a su fin con el declive de la presencia en Tierra Santa.


En el siglo XIII, la Iglesia creó la Inquisición para combatir movimientos heréticos. Inicialmente, se basó en las Órdenes mendicantes, pero su enfoque se endureció con el tiempo. A medida que avanzaba la Edad Moderna, su influencia disminuyó. El fin de las cruzadas, en ese mismo periodo, marcó el declive de la presencia católica en Tierra Santa. Ambos eventos, aunque separados en el tiempo, tuvieron un profundo impacto en la historia medieval europea.

¿Cómo nació la Inquisición? ¿Cuál fue su propósito inicial?

Por desgracia, la predicación de las Órdenes mendicantes no fue suficiente para frenar la influencia de algunos movimientos heréticos. Por ello, el Papa Gregorio IX consideró oportuno crear una institución eclesial que velase por la pureza de la doctrina que se imparte al pueblo fiel, fundando en 1231 la Inquisición.

Para evitar abusos e injusticias dentro de esta institución, pronto se puso en manos de las Órdenes mendicantes, pues éstas podían suministrar abundantes frailes bien formados teológica y espiritualmente, así como a buenos predicadores, pues la Inquisición, originalmente, buscaba convertir a los herejes por medio de la palabra.

Después se abrió a miembros de otras Órdenes y a los clérigos seculares. Pero, desafortunadamente, las circunstancias empujaron a endurecer los métodos empleados por la Inquisición, y al cabo de unos años acabó siendo un medio coercitivo para obligar a todos los cristianos a profesar estrictamente la fe católica. Muchas personas sufrieron enormemente o perdieron la vida a causa de ello.

¿Cuál fue el impacto de la Inquisición en la ciencia y la espiritualidad?

Por medio de la Inquisición la Iglesia no sólo atentó contra la libertad interior de las personas, sino también contra el desarrollo de la ciencia, pues los pensadores no podían decir nada que contradijera lo que decían literalmente las Sagradas Escrituras y la doctrina católica. Obviamente, también influyó mucho en la espiritualidad, pues la Inquisición persiguió los caminos espirituales que no entraban dentro de la pureza católica.

Si bien algunos clérigos y religiosos aceptaron de buen grado formar parte de esta institución por el prestigio y el poder que conllevaba, para la mayoría de ellos supuso una dura e indeseada carga, pues, como es lógico, para un hombre entregado a Dios no era agradable dedicarse a investigar la rectitud de otras personas y, mucho menos, asistir a duros interrogatorios y ejecuciones. Éstos, por cierto, eran llevados a cabo por el poder civil, no por la Iglesia, aunque ésta los aprobaba.

¿Cómo terminó la Inquisición?

A partir del siglo XVII y el cambio de mentalidad que trajo la Edad Moderna, la Inquisición fue suavizando sus métodos e incluso pasó a ser rechazada por algunos sectores eclesiales. En el siglo XIX, tras la Revolución Francesa (1789) y proceso revolucionario, dejó de recibir el apoyo del poder civil, por lo que cesaron definitivamente las ejecuciones y demás métodos drásticos.

El Papa san Pío X (1835-1914) la reemplazó en 1908 por la Sagrada Congregación del Santo Oficio y ésta a su vez fue reemplazada por el Papa Pablo VI (1897-1978) en 1965 por la Congregación de la Doctrina de la Fe. Así sigue actualmente. En la Jornada del Perdón celebrada el año 2000, el Papa san Juan Pablo II pidió perdón en nombre de la Iglesia por el mucho daño que ha hecho la Inquisición a lo largo de su larga y trágica historia.

¿Qué significó el fin de las Cruzadas para Tierra Santa?

Casualmente, el nacimiento de la Inquisición vino acompañado por el fin de las cruzadas tras un lento declive. A comienzos del siglo XIII se hizo el llamamiento a dos cruzadas dentro del territorio europeo: contra los cátaros en el Languedoc (1209) y contra los musulmanes en España (1215).

También se convocaron cuatro cruzadas destinadas a liberar Tierra Santa. Si bien las dos desarrolladas en territorio europeo tuvieron éxito militar, la situación en Tierra Santa fue de mal en peor debido a la fortaleza de los musulmanes. Por ello en 1291 desapareció definitivamente la presencia católica en aquella región.